jueves, 20 de marzo de 2008

La jungla de las patologías

“El de la locura y el de la cordura son dos países limítrofes, de fronteras tan imperceptibles, que nunca puedes saber con seguridad si te encuentras en el territorio de la una o en el territorio de la otra”. Arturo Graf

El Centro de Salud Mental del HIGA está colapsado, no sólo por la superoblación constante sino también en lo edilicio. Existen quejas desde el personal hasta las autoridades, y a diez años de su apertura, aun el municipio no cumple con lo que le toca, no cumple con su parte.

Este servicio fue pensado para la atención del paciente en crisis o agudo. Una vez que pasan el periodo más grave tendrían que continuar con su familia y concurrir a un centro comunitario. Pero estos no existen (si, leyó bien, no existen). La Lic. Mónica Sánchez, directora del centro del área de salud mental, aseguró que “hicimos la propuesta de crear seis centros comunitarios. La anterior gestión comunal decía que si, de hecho el inmueble lo ponía la Municipalidad y repartirían los recursos humanos con la provincia. La propuesta está escrita y presentada. Ahora, supuestamente, el Secretario de Salud de la Comuna, Dr. Alejandro Ferro está trabajando en el tema”. El Grupo de Investigación llamó al funcionario quien indicó que no tiene nada que ver con el HIGA porque es provincial.

La ley y el desorden

A raíz de esta inoperancia gubernamental, muchos son los casos en los que hay pacientes que son dados de alta pero un juez dicta una contra orden hasta que consiga otro lugar entonces queda allí y pasa a ser un paciente crónico. “Es verdad que hay mucha gente que tiene el alta y sigue internada pero a esa gente no la podes mandar a la calle sola porque no tiene a nadie. No tenemos lugar para derivarlos porque todos los lugares para crónicos están superpoblados entonces hay que esperar la vacante. Está debidamente internada en un lugar de agudos pero tiene que estar internado como crónico” afirmó la Dra. Cotroneo, de la Asesoría de Incapaces. A su vez, la Dra. Andrea Pote, ex integrante de la Asociación de Profesionales de la Salud, sostuvo que “cuando un juez atiende un caso de violencia familiar y no tiene a donde mandar al paciente termina haciéndole una orden de internación mental en Salud Mental. Por ejemplo: hubo un domingo que atraparon a un chico robando y agredió a la policía y un juez indicó su detención en el centro de salud mental. No tienen a donde mandar a la gente y ordenan una internación”.

Las carencias edilicias

El Centro de Salud Mental cuenta con 46 camas de internación, y siempre están excedidos. “Algunos pacientes pertenecen al servicio terapéutico, no están para darle de alta pero van a su casa pasan unos días y vuelven. No podemos agregar 10 camas pero ponemos colchones en el piso. Es real que está mal pero ¿Qué hago? Dejo a un paciente descompensado en su casa” dijo la Lic. Sánchez.

“¿Cómo podes tener a un paciente psiquiátrico, a otro que puede tener problemas como cualquiera, y un preso de Batan todos juntos?” se preguntó un enfermero del servicio.

En la jungla de las patologías conviven desde los enfermos sociales y psiquiátricos hasta alcohólicos y drogadictos.

El perímetro que tiene alrededor es un alambre común “pegan un saltito y listo” dijo el enfermero, y agregó que “eso es uno de los grandes problemas que tenemos. Tendría que haber otro tipo de seguridad porque tanto los médicos como el resto del personal esta haciendo lo posible para cuidar y rehabilitar al paciente y de afuera le pasan alcohol o droga”.

ESTA INVESTIGACIÓN FORMÓ PARTE DE LOS MICROS EMITIDOS LOS DÍAS 16 Y 23 DE FEBRERO DE 2008


Sebastián Incaurgarat

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