viernes, 7 de marzo de 2008

La emergencia de las villas

El crecimiento de las ciudades ha tenido una aceleración durante la segunda mitad del último siglo. Debido a que se produjo un fenómeno migratorio del campo a la ciudad que estuvo vinculado, especialmente, con la búsqueda de trabajo en condiciones más favorables en el área industrial, lo cual a veces fue mera ilusión o bien una realidad concreta.

Lamentablemente, esa transición representa un gran problema: alrededor de mil millones de personas viven en villas de emergencia o en asentamientos precarios en todo el mundo.

En nuestro país, gente proveniente, en su mayoría, del norte se fue instalando en dichos lugares y tuvieron que convivir con carencias elementales de agua, de saneamiento, y de espacio vital, y las limitaciones que imponen la marginalidad. Pero debemos tener en cuenta que en su lugar de origen las condiciones eran atroces. Porque hay diferencias entre caminar kilómetros para conseguir agua y tener una canilla a 50 metros. Porque hay diferencias entre no tener energía eléctrica y estar “enganchado”. Al margen de tener televisión, transporte público, hospitales (mas o menos cerca), etc., etc., etc.

Durante la segunda década infame: la del 90, y gracias a la Ley de Convertibilidad, que destrozó la industria nacional, lo único que se fabricó fueron pobres. Lo que generó, como consecuencia directa el aumento desmedido de las villas de emergencia, seguido de altas tasas delictivas. Sumado a una brecha entre ricos y pobres que hasta estos días sigue incrementándose.

En Mar del Plata no hay estadísticas certeras sobre la población que habita en estos asentamientos. De hecho, “el último censo que se hizo por el Municipio con respecto a los distintos asentamientos para aplicar un programa de mejoramiento de barrios fue en el 2002. Después la Comuna se abocó a trabajar vinculados a esta temática del traslado de la villa de Paso y no tenemos una información actualizada” nos dijo la secretaria de planeamiento urbano, Graciela Gómez.

Sin soluciones a la vista

En los últimos dos meses, han fracasado dos licitaciones para construir un total de 2896 unidades habitacionales en Mar del Plata en el marco del Plan Federal de Viviendas, un programa financiado por la Nación que tuvo su auge durante 2006 y 2007 con ostentosos anuncios realizados por parte del ex intendente Katz. La inversión en obra pública superaba los 200 millones de pesos y significaba miles de puestos laborales. Estas viviendas hubieran aportado a la idea de erradicar los 22 asentamientos que hay en la ciudad.

Si bien en Mar del Plata se inició un Plan de traslado fue sólo para vaciar unos costosísimos terrenos de la Avenida Paso y generar un gran negocio inmobiliario. Pero de la totalidad de viviendas necesarias, únicamente, se entregó un 30% a más de dos años de iniciado el proyecto.

Se sabe que no es tarea sencilla realizar un plan de estas características, ya que, como nos comentaba, el presidente de la Comisión mixta de traslado, Hernán Alcolea, “el número de familias va variando constantemente porque hay cuatro asistentes sociales haciendo un censo constante. Tenemos hecho un plano casilla por casilla, con nombres y apellidos con nombres de sus habitantes, edades, ocupaciones, y hasta su grado de peligrosidad si es que la tiene”.

Originalmente, hace cuatro años, con 390 viviendas hubiera alcanzado por la cantidad de familias que habitaban la villa de Paso, pero actualmente son necesarias 480. No es gente que se haya instalado, entonces ahora reclama una casa, sino que son familias que se van agrandando, y viven en forma apretada y promiscua, por lo cual una familia que necesitaba una casa ahora necesita dos.

No hay soluciones y planes para terminar con esta problemática. Vivimos en la contrariedad de que mientras se idean proyectos maestros para atacar las necesidades, estas se incrementan y no alcanza con lo ideado. Así seguimos, así estamos.

ESTA INVESTIGACIÓN FORMÓ PARTE DEL MICRO EMITIDO EL DÍA 2 DE FEBRERO DE 2008

Sebastián Incaurgarat

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