Quizá por seguir una tendencia, o un estereotipo una de cada diez mujeres de entre 14 y 25 años sufre de bulimia y anorexia. El modelo de cuerpo ideal ha ido cambiando a lo largo de los años. De hecho, si observamos las pinturas del siglo XVII y XVIII, los cuerpos femeninos de aquel entonces se considerarían, hoy en día, como rellenitas o simplemente gordas. Esta última palabra, desde hace más de veinte años, es una mala palabra.
Todo lo que vemos y vivimos persuaden a que si sos gordo/a, te morís. Lo que implica que muchas adolescentes padezcan de ciertas patologías que indican el acercamiento a la enfermedad. “Hay distorsión de la imagen corporal. En general, hay cero conciencia de enfermedad”, aseguró
Diferencias
“Las definimos como dos extremos de la misma patología. En la bulimia encontramos desorden en la alimentación que por lo general aparecen atracones seguidos de una conducta de tipo purgativa. En el otro extremo, en la anorexia, se caracteriza por una restricción alimentaria: falta de apetito, bajo peso. Lo que marca la diferencia en estos extremos es que en la bulimia se encuentran falta de límites en la comida, conductas agresivas e impulsividad. En tanto, en la anorexia hay mas limites excesivos no comen algo que tenga muchas calorías, porque en su mundo obsesivo no es permitido. Además, padecen depresión, no tienen deseo”, afirmó el psicólogo Marco Macias.
Existe en los enfermos una minuciosa obsesión por la comida. Piensan todo el tiempo en eso. La psicóloga, Paula Asin, sostuvo que “vemos a la patología alimentaria como una adicción, en el sentido de que hay algo externo que la persona no puede controlar. En este caso, la comida. La palabra adicción viene de no decir, y lago no dicho se expresa de tal manera. También depende de sus vivencias de sus características. Con esto trabajamos nosotros a nivel terapéutico”.
Y como ya nos tiene (mal) acostumbrados, desde
Mientras seguimos en este show de mujeres con figuras esbeltas, flacas, divinas, y no podamos controlar la estupidez de comprar lo Light (para no ser gordo), y entrar en ese pantalón de está en esa vidriera. O no podamos manejar la bola mediática que no llena la cabeza, estas patologías seguirán existiendo, por siempre.
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