Uno de los eternos problemas de la ciudad es el transporte público de pasajeros. No llegan a horario, están sucios, rotos, y van innecesariamente llenos. Todas estas falencias se suman a otras con un tinte mayor de complejidad: chóferes explotados, vaciamiento económico y un seguro automotor cuestionado. De más está aclarar que cuentan con el apoyo de la ausencia de un gobierno que no defiende a los usuarios y premia a los culpables. De un gobierno que promete mejorar esta situación, y no lo hace, así también como todos los anteriores.
Muchos de los trabajadores del transporte se quejan por lo bajo de las condiciones en las que se encuentran. “Hay chóferes que trabajan 8 y otros trabajan 16 horas por día. Los chicos nuevos dentro de la empresa están trabajando en negro, no figuran en ningún lado. Además, tienen dormitorios en las cabeceras, los levantan y siguen trabajando. Están como en la época de la esclavitud” asegura un ex colectivero. Es indignante que quienes deben tomar injerencia en estos asuntos (Ministerio de Trabajo de
Los empresarios han generado un seudo monopolio. La compañía 25 de Mayo se “chupó” a las empresas Pueyrredón, Martín Güemes,
El apuro que traen los chóferes, en muchos casos, empeora el estado del transito en la ciudad y se producen accidentes. Ahora bien, el damnificado que colisione con una unidad de transporte público se verá en problemas. No sólo por el dolor de cabeza del momento sino por su prolongación. Es decir, será más fácil escalar el Aconcagua que cobrar el seguro de la empresa de transporte.
“El problema que existe es una trampa legal. Esa compañía de seguros, que es Protección, está formada por los mismos capitales que de los transportistas. Pero responden con un contrato que tienen con las empresas de transporte desde 40.000 pesos hacia arriba. Es como una compañía de seguros propia de las empresas de transporte. Si se tiene un problema menor a esa cifra se tiene que arreglar directamente con la compañía” sostiene el Dr. Raúl Meroi, especialista en el tema. Quien también remarca que los pasajeros no tienen seguro. Porque la que va a responder (en caso de accidente) es la propia empresa. “Si usted no acepta lo que ellos le dan está obligado como damnificado a presentarse en el concurso de acreedores ya que la mayoría de las empresas se encuentran en quiebra. Donde sabemos que se diluye toda pretensión porque tiene que ir a las resultas de los concursos que son largas y tediosos. Con los arreglos entre los acreedores inventados que consiguen un concordato y difieren el tema en el tiempo. Se traduce en un hacerse los distraídos, esta es la verdad de las cosas”.
Mientras tanto, recordamos el cuento de la buena pipa, aunque ya no seamos niños.
ESTA INVESTIGACIÓN FORMÓ PARTE DE LOS MICROS EMITIDOS LOS DÍAS 17 Y 24 DE MAYO
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