jueves, 31 de enero de 2008

Alem: una bomba de tiempo

Mientras que muchos medios hablan de Alem como la zona de bares en la que los vecinos se quejan porque los jóvenes hacen disturbios en la madrugada, se puede investigar, salió a averiguar el fondo del problema de Alem.

En primer medida los adolescentes orinan en la calle por no estar una hora esperando a que se desocupe el baño del bar, ya que en muchos casos ocurre que los bares “no tienen los baños suficientes” y por eso “el barrio se convierte en un gran baño” como denunció el presidente de la sociedad de fomento Leandro N. Alem, Fernando Reyna cuando le consultamos. Cabe aclarar que una cosa no justifica la otra, pero…
Si bien esto preocupa a los vecinos, hay otras falencias en la zona que son las que nos deberían preocupara a todos y es la habilitación de esos lugares, ya que tienen el permiso de funcionar como bar-restaurante y no como boliches, pero el problema no esta en que la gente baile o coma sino en que “el índice de ocupación es de 1 persona cada 3 m2 para los bares–restaurantes, pero si uno acerca a las 2 o 3 de la mañana por Alem verá que estos lugares están colmados de gente” explicó Reyna.
En la zona hay 40 bares a los cuales concurren entre unas 25.000 y 30.000 personas por fin de semana y en el verano esa cifra aumenta y es diaria la concurrencia.
Entonces lo que ocurre es que hay más gente de la permitida y eso nos hace acordar a un tal Cromañón, un lugar que hace algunos años sufrió un incendio en el que murieron 194 personas que quedaron atrapadas entre las llamas o se asfixiaron por el humo y no pudieron salir porque había allí un desborde de personas y salidas de emergencia inexistentes, algo que ocurre cada fin de semana en Alem.
Para “que no se repita” como dicen los familiares de las víctimas de Cromañón, hablamos con el director de Inspección General de la comuna, José María Lopetegui, quien dijo “es responsabilidad de los propietarios de los boliches el control de la cantidad de gente en sus lugares. Si se equivocan e ingresa un número mayor al permitido corre por su cuenta. Ellos saben cuales son las ordenanzas vigentes y en especial, la capacidad”… ¿Lopetegui se habrá olvidado de la responsabilidad política?... digamos la que tuvo Ibarra y por la cual lo destituyeron de su cargo.
Por otra parte, quienes se encargan de inspeccionar son los bomberos, por tal motivo hablamos con el Capitán Jorge Daniel Nuñez, bombero de la Provincia de Buenos Aires sector técnica, quien informó: “la gente mía hace las inspecciones y los controles necesarios para que se evite la mayor cantidad de accidentes. La función nuestra es tratar de prevenir, no de ir después de que pase algo” y aclaró que “continuamente hacemos inspecciones nocturnas en horarios cuando están abiertos los boliches. Debemos controlar que las luces de emergencias continúen funcionando, que los carteles lumínicos estén, que la salida de emergencias no se encuentre obstruida, que tenga la barrera antipánico, y resistencia al fuego”.
Ahora, el equipo de investigación se pregunta, ¿se harán las inspecciones? Porque hay dos bares ubicados en Alem al 3600 en los que la única salida es la entrada y los que es peor que para acceder a ella hay que pasar por una escalera muy empinada y angosta. Tal vez se hagan las inspecciones pero los inspectores no ven estos riesgos, o no los quieren ver.
De todas formas, lo que nos deja contentos es que Nuñez dijo “vamos a tomar conocimiento de lo que vos me decís porque me resulta interesante” al referirnos a estos bares, pero… si se hacen inspecciones constantes ¿no se vio esta problemática?...

ESTA INVESTIGACIÓN FORMÓ PARTE DEL MICRO EMITIDO EL DÍA 12 DE ENERO DE 2008

Julieta Pomphile

La triste vigencia de los parásitos

La parasitosis alcanza al 80% de los chicos en algunos barrios, según un estudio del bromatólogo Luís Miccio. Si bien no es grave, puede traer consecuencia en el crecimiento, ya que, generalmente, afecta a niños entre 6 y 9 años. Por eso es fundamental la higiene y el rol de los perros en esta problemática. En Mar del Plata existen 9 especies de parásitos.

Se realizó un largo estudio en los perímetros de la ciudad (¿La gran Mar del Plata?) más allá de las avenidas Champagnat, Libertad y Juan B. Justo. El bromatólogo, Luis Miccio, responsable de dicho estudio afirmó que “hicimos el examen en algunas escuelas a unos 100 o 150 chicos entre los 6 y 9 años, teóricamente sanos porque no presentaban síntomas. Una vez obtenidos los resultados, descubrimos que había hasta un 80% de parasitosis y se llegó a estipular con un promedio del 65%”.
Los principales síntomas que los niños padecen son: la picazón en todo el cuerpo, sobretodo en la cola; el nerviosismo al dormir, transpira y se mueve fuertemente al hacerlo; trastornos gástricos; manchas en la piel o en las uñas; y el pelo seco. Sólo el 10% de los infectados pueden tener inconvenientes orgánicos serios.
En Mar del Plata convivimos con nueve especies de parásitos. Si bien no son graves pueden traer mal formaciones en los chicos o no llegar a un buen desarrollo como consecuencia de no crecer sanos.

El rol del perro

El perro es el amigo del hombre, el animal domestico más querido y frecuente en los hogares, pero también es uno de los factores principales de contagio. Resulta absolutamente necesario e imprescindible que el animal (sea grande, chico, lanudo, pelado, con costumbres sanitarias correctas, un animal de la casa, que tenga un parque o jardín) sea sometido a un control sanitario periódico y frecuente para evitar que transmita su posible parasitosis. Recordemos que el 90% de estas mascotas son portadoras de parásitos y que en la ciudad existen 100.000 perros, tanto domésticos como callejeros.
Con respecto a estos animales, Miccio sostuvo que “el perro es el que tiene más contactos con los chicos, superior al de los gatos, los pájaros por lo cual lleva a que se el principal transmisor de parásitos. Por más que esté cuidado, lavado, desinfectado tiene que salir a la calle y va al pasto, a los arenales, a las plazas se pone en contactos con otros perros, se revuelcan juegan y ese contacto el perro se contamina y se los transmite a los chicos que juegan con él lo abrazan hasta incluso lo llevan a la cama”.
Lo que ocurre, es que en algún momento, en el arenero, en la plaza, en la vereda, los perros están en contacto ya que se pelean, se huelen y se tocan, o hacen sus necesidades en el lugar y al revolcarse en el suelo se contaminan. Como primera medida sanitaria se debe recoger esa deposición y arrojarla al cesto de los residuos. No es conveniente taparla con arena, pastos o tierra, lo que facilita la contaminación del medio.

Recomendaciones a tener en cuenta

Para combatir esta situación se recomienda desparasitar al can (una o dos veces por año, y que el veterinario lo indique y dirija), que esté permanentemente aseado. A su vez, que el animal no lama o bese al niño, o que se revuelque con él, y acostumbrar al perro a una conducta sanitaria dentro de cada hogar.

ESTA INVESTIGACIÓN FORMÓ PARTE DEL MICRO EMITIDO EL DÍA 15 DE DICIEMBRE DE 2007

Sebastián Incaurgarat

lunes, 28 de enero de 2008

Se incrementa el número de madres adolescentes

La parasitosis alcanza al 80% de los chicos en algunos barrios, según un estudio del bromatólogo Luís Miccio. Si bien no es grave, puede traer consecuencia en el crecimiento, ya que, generalmente, afecta a niños entre 6 y 9 años. Por eso es fundamental la higiene y el rol de los perros en esta problemática. En Mar del Plata existen 9 especies de parásitos.

Se realizó un largo estudio en los perímetros de la ciudad (¿La gran Mar del Plata?) más allá de las avenidas Champagnat, Libertad y Juan B. Justo. El bromatólogo, Luis Miccio, responsable de dicho estudio afirmó que “hicimos el examen en algunas escuelas a unos 100 o 150 chicos entre los 6 y 9 años, teóricamente sanos porque no presentaban síntomas. Una vez obtenidos los resultados, descubrimos que había hasta un 80% de parasitosis y se llegó a estipular con un promedio del 65%”.
Los principales síntomas que los niños padecen son: la picazón en todo el cuerpo, sobretodo en la cola; el nerviosismo al dormir, transpira y se mueve fuertemente al hacerlo; trastornos gástricos; manchas en la piel o en las uñas; y el pelo seco. Sólo el 10% de los infectados pueden tener inconvenientes orgánicos serios.
En Mar del Plata convivimos con nueve especies de parásitos. Si bien no son graves pueden traer mal formaciones en los chicos o no llegar a un buen desarrollo como consecuencia de no crecer sanos.

El rol del perro

El perro es el amigo del hombre, el animal domestico más querido y frecuente en los hogares, pero también es uno de los factores principales de contagio. Resulta absolutamente necesario e imprescindible que el animal (sea grande, chico, lanudo, pelado, con costumbres sanitarias correctas, un animal de la casa, que tenga un parque o jardín) sea sometido a un control sanitario periódico y frecuente para evitar que transmita su posible parasitosis. Recordemos que el 90% de estas mascotas son portadoras de parásitos y que en la ciudad existen 100.000 perros, tanto domésticos como callejeros.
Con respecto a estos animales, Miccio sostuvo que “el perro es el que tiene más contactos con los chicos, superior al de los gatos, los pájaros por lo cual lleva a que se el principal transmisor de parásitos. Por más que esté cuidado, lavado, desinfectado tiene que salir a la calle y va al pasto, a los arenales, a las plazas se pone en contactos con otros perros, se revuelcan juegan y ese contacto el perro se contamina y se los transmite a los chicos que juegan con él lo abrazan hasta incluso lo llevan a la cama”.
Lo que ocurre, es que en algún momento, en el arenero, en la plaza, en la vereda, los perros están en contacto ya que se pelean, se huelen y se tocan, o hacen sus necesidades en el lugar y al revolcarse en el suelo se contaminan. Como primera medida sanitaria se debe recoger esa deposición y arrojarla al cesto de los residuos. No es conveniente taparla con arena, pastos o tierra, lo que facilita la contaminación del medio.

Recomendaciones a tener en cuenta

Para combatir esta situación se recomienda desparasitar al can (una o dos veces por año, y que el veterinario lo indique y dirija), que esté permanentemente aseado. A su vez, que el animal no lama o bese al niño, o que se revuelque con él, y acostumbrar al perro a una conducta sanitaria dentro de cada hogar.

ESTA INVESTIGACIÓN FORMÓ PARTE DEL MICRO EMITIDO EL DÍA 15 DE DICIEMBRE DE 2007

Sebastián Incaurgarat